LA VANGUARDIA - 14/02/2002
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Yo soy el problema No quiero antenas de telefonía en las inmediaciones
de mi casa, pero no estoy dispuesto a prescindir de mi teléfono
móvil. No soy racista, pero no me gusta encontrarme moros y negros
en las discotecas. Me molestan mucho los ruidos que los jóvenes
hacen por las noches con las motocicletas, pero a mi hijo le he comprado
un scooter y cada noche sale "por ahí". Me entristece ver ancianos
solos y abandonados por su familia, aunque a mi suegra la vamos a ingresar
en una residencia muy cara. Creo que la juventud es maleducada y desconsiderada
con los mayores, y eso lo deberían arreglar los maestros, que para
eso los pagamos. No estoy de acuerdo con muchas decisiones que toman los
políticos, pero no quiero saber nada de política y cuando
hay elecciones me voy de excursión. La justicia está muy
mal, pero no quiero formar parte de un jurado popular. Es inadmisible
la degradación que sufren los espacios naturales, aunque no estoy
de acuerdo en que nos obliguen a separar los desperdicios de casa para
su reciclaje.
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